Los niños necesitan comer bien para estar saludables y tener un buen rendimiento escolar. Conoce tips para mejorar su nutrición y algunas alternativas de menús.
La etapa escolar es sumamente importante para los pequeños de la casa. Todo lo que sucede durante ese proceso fundamental influye en su crecimiento, estado de salud, estado de ánimo, formación de hábitos y modos de relacionarse con la vida, con sus pares y entorno cercano.
Se trata de un momento de su vida que es clave porque determinará muchos comportamientos, creencias, pensamientos y actitudes que los acompañaran el día de mañana a afrontar su futuro. Es una edad de aprendizaje, observación, exploración y descubrimiento de la vida.
En ese proceso de tanta receptividad y permeabilidad por parte de los más chicos, es cuando sus padres se representan como sus mayores representantes y líderes con gran poder de delimitar y expandir sus posibilidades de ser y estar en el mundo.
En ese sentido, la alimentación saludable es un aspecto vital para una crianza e infancia positiva. No sólo porque aporta los nutrientes esenciales para el crecimiento de los niños sino además porque estimula su estado anímico, su salud, su cerebro y capacidad cognitiva.
Durante la etapa escolar, los padres asumen un rol protagónico en la enseñanza adecuada de una buena alimentación pues a partir de ello los niños aprenderán cómo relacionarse con la comida. Un modelo que luego irán a replicar cuando vayan creciendo en edad.
Durante esta época los niños y niñas aprenden cómo relacionarse con la comida. Los padres siguen siendo el modelo más importante y, por ese motivo, las comidas en familia son claves y determinarán la forma en la que los niños comerán en su vida adulta y sean más autónomos a la hora de comer.
Sumado a eso, la escuela comienza a tener un lugar importante en la vida de los niños. Los pequeños deben pasar un tiempo considerable dentro del colegio y en algún momento deben consumir alimentos mientras estén allí. Por este motivo, lo que pueden comer en la escuela y aquello que los compañeros comen también son factores que influyen en sus hábitos alimentarios.
Si, sabemos que es un doble desafío. Requiere tiempo, organización, decisión y constancia promover buenas conductas alimentarias en los hijos. Pero comprometerse en la medida de lo posible de crear condiciones saludables para ellos es una excelente inversión en el presente que ayudará a evitar problemas de sobrepeso y malnutrición en el futuro.
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